Participan todos los días de la Eucaristía, fuente y cumbre de su vida apostólica, en donde se unen a todos los fieles cristianos para celebrar el misterio Pascual de Cristo.
En ella escuchan la Palabra de Dios, la cual interpela su vida y las anima por hacerla vida en su servicio y entrega a los demás.
La Liturgia de las horas, por la mañana y por la tarde, las reúne y en ella presentan a Dios la vida, ilusiones, esperanzas y alegría de los pobres a quienes reconocen como sacramento de Dios.
La Lectio Divina o lectura meditada de la Palabra de Dios, que realizan frecuentemente, las asemeja más a Cristo a quien reconocen como el Servidor de los designios del Padre y evangelizador de los pobres.